El vuelo de los cisnes. Lir y Ove

miércoles, 2 de junio de 2010
En la verde Colina de Tara se había convocado al Consejo de los Cinco Reyes para elegir al Supremo Monarca. Dos eran los candidatos: Dearg, hijo de Dagda, de la estirpe de los druidas, cuyo linaje se remontaba a los hijos de Mil, famoso por su habilidad en la caza, y Lir, rey en la colina del Campo Blanco, victorioso en la guerra y destructor de barcos. Los reyes eligieron a Dearg y una cólera negra invadió a Lir, quien abandonó la Colina sin prestar fidelidad al nuevo Supremo Monarca.
Los reyes se aprestaron a iniciar la persecución y dieron orden de herirlo a espada y lanza por su traición. Sin embargo el nuevo Supremo Monarca lo impidió:
−El día de mi elección no se derramará sangre en Erín −declaró− le haremos pariente nuestro y podrá elegir esposa entre las tres hijas de Oilell de Arán, mis hijas adoptivas.

El rey Lir se había refugiado en su corte en la colina del Campo Blanco mientras rumiaba su negra cólera y allí llegaron los mensajeros de Tara. El rey acogió a los emisarios, escuchó la oferta del Supremo Monarca y la consideró aceptable. A los pocos días organizó una comitiva de cincuenta carros en dirección al lago del Ojo Rojo, en Killaloe. Allí estaba el Supremo Monarca Dearg y las tres hijas de Oilell. Eran tres preciosas doncellas, de cabellos de oro oscurecido y ojos verdes, fino talle y gráciles piernas. Iban vestidas con túnicas de lino blanco, traídas de más allá del mar y, ajustados a sus finos cuellos, un collar de oro que resplandecía a la luz del sol.
Las doncellas contemplaron al apuesto rey. Era el más joven de los cinco reyes de Erín y su barba negra azulada aún no tenía canas, su melena castaña con reflejos cobrizos ondeaba al viento enmarcando un rostro que en apariencia parecía duro, sin embargo bajo esa dureza se percibía la confusión en la que se hallaba por la elección.
Dearg, que se sentía responsable de la paz en Erín, quería calmar las ansias belicistas del rey Lir, necesitaba atarlo a él de alguna manera. Y nada mejor que un matrimonio para hacerse con un poderoso aliado. Parecía que su plan funcionaba ya que Lir se había quedado prendado de sus ahijadas:
−¿Por cuál de ellas te decides? –preguntó suavemente y sugirió− la doncella Ove es la mayor de las tres y será tuya si la deseas.

Lir y Ove se casaron en la colina del Campo Blanco y el matrimonio fue feliz, tuvieron mellizos, Fingula y Aod. El joven rey sirvió desde entonces al Supremos Monarca con fidelidad en todas sus guerras. Sin embargo unas oscuras nubes de tormenta se cernieron sobre la corte del Campo Blanco.
Ove se acercaba a un nuevo parto, pero este presentaba complicaciones. Los druidas y matronas no pudieron hacer nada y, tras dar a luz a dos nuevos hijos, la madre murió. Lir se sumió en la tristeza.

1 polemoi:

Dafne dijo...

Me gusta! Me gusta un mucho la historia! A ver como continúa... ^^

Un beso!!

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